Cómo siempre

Ser cornudo es todo un arte y un placer para nuestro protagonista que goza con la contemplación de la infidelidad de su esposa y siendo azotado entretanto por otra mujer, esposa del que se folla a la suya...

Mi mujer y yo hemos alcanzado un entendimiento difícil de igualar y encontrar entre otros semejantes, porque nos entendemos a las mil maravillas cada uno en su papel. Ella como siempre, ejerciendo de dominante y yo, como siempre, de sumiso cornudo. Y así, por ejemplo, cuando estamos acostados en la cama ella me cuenta que en la oficina hay un chico que la excita, porque por lo que abulta su pantalón calcula que debe tener un aparato muy grande. "Yo te amo, cornudo mío, pero ese hombre me vuelve loca de exci...