Sumisas del deseo (1: Inesperado encuentro)

Lo que vais a leer a continuación son una serie de cortos relatos que me narraron algunas personas a través de sus e-mails. Quiero dejar bien claro que yo ni afirmo ni niego la veracidad de tales historias. Cada cual saque sus propias conclusiones. Tan solo me he dedicado a novelar con mayor o menor acierto tales narraciones con el fin de divertirme y haceros pasar un rato caliente y agradable.

Viajo mucho a causa de mi trabajo.

Esa noche en particular estaba festejando el cierre de un negocio muy ventajoso y como de costumbre lo hacia como mas me gusta, en solitario.

Después de visitar una media docena de locales de la ciudad ya estaba moderadamente pasado de vueltas cuando no se como, acabé en un tugurio ínfima categoría.

El antro en cuestión estaba situado en un angosto sótano y a pesar de la poca visibilidad era evidente la mugre y el olor a derrota que allí se respirab...

Sumisas del deseo (2: Secretaria en cadenas)

Lo que vais a leer a continuación son una serie de cortos relatos que me narraron algunas personas a través de sus e-mails. Quiero dejar bien claro que yo ni afirmo ni niego la veracidad de tales historias. Cada cual saque sus propias conclusiones. Tan solo me he dedicado a novelar con mayor o menor acierto tales narraciones con el fin de divertirme y haceros pasar un rato caliente y agradable.

Podéis llamarme Nerea. Soy una chica de 27 años y trabajo de secretaria en una empresa familiar en un prospero pueblo del centro de España.

Mi jefe tiene 46 años y me paga un plus para que sea su putita particular.

Cuando cierra algún negocio con éxito yo suelo ser el postre de tales negociaciones.

A mi no me importa demasiado, es mas, para ser sincera suelo disfrutar de tales celebraciones y de ser el centro de atención, pero lo que mas me humilla es cerrar negocios con gerentes feme...