Mío

De cómo preparo a mi esclavo para penetrarle el culito de putito caliente que tiene... y me lo follo con un arnés.

Mío.-

En mi relación con mi esclavo no puedo dejar de tener emociones y sentimientos hacia él. Yo, que siempre me creí por encima de esas debilidades, tengo que confesar que a medida que se vuelve más dócil, mi dulce y tierno rubio, me va robando el corazón. Cuando pienso que no me ve me detengo a mirarlo con cariño, con verdadero amor. Me acerco a oler su sueño como si de un bebé se tratara y paso mis dedos a dos centímetros de su barbilla, los arrastro sin tocarlo por su pecho hasta la cruz mi...

El contenido de mis cajones

Tras un tiempo de castidad, recompenso a mi esclavo.

El contenido de mis cajones.-

Hay ciertas cosas que debo esconder de mi esclavo y son mis utensilios de ama. Los motivos son muchos, pero dos son los que voy a explicar. Primero porque como ya he dicho mi esclavo es un perro lujurioso y si ve algunos juguetes se podría desmandar sólo para que le castigue, y segundo porque quiero que cada cosa que le haga sea justo una sorpresa inesperada, tanto si es regalo como si es castigo.

La semana siguiente de la paliza que conté estuvo como la seda,...

Castigo a mi esclavo

Mi esclavo es un perro lujurioso que anda todo el día empalmado. Aquí se explica cómo le castigo y por qué.

Castigo a mi esclavo.-

Ser ama requiere un esfuerzo duro y continuo, una concentración permanente, sobre todo si el esclavo está aprendiendo. Porque los hombres tienden a desmandarse, a hacer su libre voluntad, así lo han aprendido en una sociedad que los consagra como los que dominan. Muchos de mis esclavos, además, han sido, en otros tiempos, hombres de un carácter muy fuerte, violentos incluso, a los que todo el mundo temía. La lucha es mayor cuando el joven está aprendiendo a servirme porque...

Eligiendo esclavo

Una ama convoca a candidatos a esclavos en su casa para elegir al que dominará esa noche, haciéndola gozar con su obediencia. Muy recomendable para esclavos amantes de los más bellos pies.

Eligiendo esclavos

Por diosa salvaje

Llegué a la sala y todos se volvieron anonadados. Soy un ama perfecta, de piel muy blanca y abundante cabello oscuro, una larga melena con flequillo a la frente, rodeando un perfecto ovalo facial que en ese momento llevaba medio oculto por un antifaz de látex negro que además cubría la mitad de mi cabeza. Para la ocasión había elegido unas altas botas negras que se atan por detrás con cordones y dejan ver la piel encintando la parte trasera del muslo, l...