Aquellas tardes
Generalmente, luego del trabajo, me esperaba aún más quehaceres en el hogar, aunque estos eran de los placenteros
Como todas las tardes, al salir del trabajo, se dirigía a su casa directo. A veces se desviaba para hacer las rutinarias compras, pero prefería irse rápidamente a casa.
No llevaba mucho tiempo viviendo en la ciudad, pero se había adaptado bien a casi todo. Por lo menos en el edificio donde vivía, podría decirse que todo iba viento en popa.
Nunca fue alguien que llamara mucho la atención, a decir verdad, si no fuera por esos ojos color miel que tenía, quizás ni hubiera tenido novia en el colegio....