Abducido 2
Obediencia ciega ante el cuerpo perfecto de mi amante
Abducido - 2º Parte
Camino de su apartamento podía sentir a cada paso mi pene ligeramente excitado y húmedo en la punta consecuencia del deseo insatisfecho.
Vivía cerca y apenas nos hablamos hasta que traspasamos la puerta de su casa.
Recuerdo que tenía la boca seca y el corazón acelerado ante la emoción de estar a punto de ser follado por semejante macho en celo.
Mirándome a los ojos se dirigió hacia mí con voz firme para agradecerme lo mucho que le había gustado la mamada y para d...