Solos en casa (II)
La hermana de nuestro protagonista goza de él y de su novio y los tiene entrenados como perfectos sumisos que sólo disfrutan a sus órdenes.
Aquella noche y después de todo lo ocurrido con mi hermana no podía conciliar el sueño. Sólo hacía unas horas que nuestra madre faltaba de casa y mi vida había dado un giro insospechado. Me parecía un sueño, pero en mi mente pasaban como en fotogramas todos los acontecimientos de esa tarde con claridad meridiana.
Me preguntaba como era posible haber accedido a las pretensiones de Mónica. Me había travestido, humillado, castigado y finalmente, entre otras cosas, había sido sodomizado. ¡Mi propia herman...