El desierto de tu nombre
Un mujer cuyo nombre no he vuelto a pronunciar desde que Zaida me permitió disfrutar el paraíso oculto de su cuerpo...
EL DESIERTO DE TU NOMBRE
"Cariño, ya son más de las tres, ¿por qué no vienes a acostarte?".
No puedo dejar de pensar en Zaida y en hacerle el amor a todas horas, como durante mi último viaje a Marruecos.
Creo firmemente en que vendí mi alma al diablo, porque no puedo dejar de pensar en Zaida.
Ella es la fuente.
Es el agua.
Y yo no puedo más.
He quemado todos mis cartuchos.
Su imagen me roba el sueño, el apetito, la vida, TODO.
Llevo varios días...