La perra de mis vecinos 9
Después de varios días de trabajo doméstico y dominación por parte de los Amos, estos vuelven a llevar a mi esposo a su casa pero esta vez no va sólo.
Los días pasaban tan rápido que no me daba cuenta, mi mente sólo tenía pensamiento en subir cada mañana a casa de los Amos, en sentir mi cuerpo usado, azotado, en dar placer a mis Amos. Era habitual tener los pezones oprimidos por las pinzas, incluso en los labios mayores de mi vagina, los azotes en mis nalgas con la pala de madera, ser inmovilizada con cuerdas de forma tan obscena que mis piernas quedaban totalmente abiertas dejando totalmente expuestos mi coño y mi ano. Tragar el semen de mi Amo me excita...