Alina, esclava perfecta (I)

Alina, tras casi veinte años de servicios a su dueño, es vendida por este a un burdel barato.

Siempre seré su esclava. Lo sabe, como sabe que nunca tendré otros dueños, aunque me venda, porque usted hizo de mí lo que soy: una sumisa de su ser, de su placer y de todos sus caprichos. Perdone mi atrevimiento o castígueme como solo usted sabe, pero no puedo resistirme a decirle lo que humildemente pienso. Fui su compañera de estudios, cuando todavía éramos unos jovencitos con acné y toque de queda de nuestros respectivos padres. Recuerdo que con tan sólo dieciséis años follamos en el rellano de la escal...

El marido afeminado

Una mujer descubre las debilidades de su marido y le orienta su sexualidad para que saque partido de su lado femenino, mientras ella goza de su bisexualidad.

Ven, cariño. Quítate tu ropa de calle y quédate desnudo. Supongo que habrás tenido una jornada agotadora y querrás descansar, pero eso será a su debido tiempo. Recoge tu ropa y tus zapatos y déjalos dentro del armario. Acércate, deja que abra el candado de tu aparato de castidad y te permita aliviarte las partes por una hora, pero no confundas ese alivio con la masturbación reprobable desde todo punto de vista en un hombre casado. De no haberte sorprendido en un acto tan solitario como nefando, no me...

La sumisión del macho (2)

Mariconeando a Gonzalo un poco más.

Pasamos una semana sin ver a nuestro macho. Gonzalo trabajaba para una empresa constructora que operaba fuera de la provincia y estaba ausente de su domicilio en días laborables. Paula y yo seguimos con nuestra vida diaria, acostándonos juntas y amándonos como enamoradas que somos. Ella tuvo que echar mano de su consolador de arnés para que no echara tanto de menos el pene de nuestro obrero y criado y así se me hizo más corta la semana.

El viernes por la tarde le esperamos en su piso y fue puntu...

La sumisión del macho

Gonzalo, típico ligón de discoteca, va a ser castigado Por Paula y Silvia, dos lesbianas muy seductoras.

Gonzalo era el típico macho cuando nos conocimos, hace ya diez años. Fue en una discoteca. Yo bailaba en la pista junto a mi amiga Paula, que reparó en su pinta de tipo duro, acodado en la barra, con la botella de cerveza en la mano y la camisa abierta mostrando un escote peludo. Nos reímos de él elucubrando si sería el clásico macarrilla con ropa de última moda pero pésimamente combinada, que trabajaría en algún oficio donde usara poco o nada la cabeza, aunque ganando una pasta interesante para mante...

A los pies de mi ex (3)

Me hicieron esclava en una orgía. Culmina mi transformación.

Marta me quitó el arnés de castidad para que me duchara. Yo le miraba con el ceño fruncido, disgustado porque había informado negativamente a nuestra ama Sonia sobre mis tareas domésticas. "No te equivoques conmigo –me dijo mientras me duchaba- . No soy tu amiga ni tu protectora. Soy tu inmediata superior y debo dar cuenta de todo lo que hagas bien o mal en tus tareas de criada. Así que no pongas esa cara o yo misma te aplicaré un castigo. Debes saber que tengo licencia para usarte a mi capricho, lo q...

A los pies de mi ex (2)

Continúa mi transformación en esclava.

El despertador sonó a las siete. Amanecí entumecido y Marta me ayudó a ducharme, dar unos retoques a mi depilación, rehacerme la coleta y pintarme las uñas de rojo. la falda de tubo de mi exesposa me obligaba a caminar con pasos cortos y torpes, por lo que la criada me enseñó el truco para andar garboso: un pie delante y otro detrás siguiendo una línea imaginaria en lugar de pasos largos con las piernas en paralelo. Con tacones debía hilar más fino, procurando pisar con el tacón antes que con la punte...