Mis inicios con Camila
Y pues como adolescente un tanto agraciado por la naturaleza y gracias a mis sofisticadas técnicas en devaneos amorosos aprendidos de películas de segunda, chicas no me faltaban y fue así como de empezar dandos tumbos sólo en el cole -pues mal estudiante sí era-, empezé también a dar tumbos de cama en cama. Así se me escaparon mis 13, mis 14, mis 15 y mis 16 podrían haber seguido el mismo rumbo de no ser por Camila: mi primer gran amor.
Con el siguiente relato empieza una serie de cuentos eróticos -no pornográficos-, basados en experiencias personales, dedicados exclusivamente a estas verdaderas diosas del amor que son los travestis, a las cuales amo profundamente, y muy particularmente a las shemales, aquellas muñequitas que ya sea hormonándose o recurriendo a cirugía han logrado desarrollar cuerpos deliciosamente femeninos -que cualquier mujer real que se precie envidiaría- pero que mantienen sus miembros intactos, aquel apéndice d...