Olga, una chica diferente
Un cliente de un gimnasio tiene una aventura singular con la monitora de yoga.
En ocasiones los momentos memorables se presentan de la forma más caprichosa y espontánea. Hoy le pondré palabras a una de las peripecias más singulares, por inesperada e irrepetible, con que me regaló el destino. Había cumplido ya entonces los cuarenta años y mi vida transcurría por un momento plácido, lleno de plenitud en todas las facetas. Al triunfo profesional con mi acceso a una cátedra de universidad se unió el poder disfrutar de una familia unida. Todo ello hacía que mi vida transcurriese en medio d...