El Escort 4: Sometida
Mi segunda cita con Carol fue en un discreto hotel, donde se me entregó por el completo y pude disfrutar de todos sus agujeros.
Dos días después de mi encuentro con Carol me envió un mensaje. Había disfrutado de lo lindo y estaba dispuesta a repetir. Quería quedar a la mañana siguiente para una sesión de sexo más larga que un polvo rápido en la cocina de su casa. Yo normalmente tenía las mañanas ocupadas con la universidad pero el dinero y el morbo merecían que me saltara las clases por un día.
Carol estaba casada y necesitaba de mucha más discreción que Doña Jacinta, que a pesar de ser una mujer pudorosa y recatada era viuda...