Diario de un Traidor II - Inquietudes y sexo
Tomó mis manos y con una mano de él, las sostuvo sobre mi cabeza y con la otra lentamente empezó a empujar su miembro dentro de mí; sentí cada vena de su guevo penetrarme rápidamente hasta que sus bolas tocaron mis nalgas.
“No es que yo he sido deshonesto, es sólo que me repugna la realidad”
Febrero, 2014
- 6:00 am
El sonido penetrante de la alarma martillaba mi cabeza como solía hacerlo todas las mañanas, desperté. Al abrir los ojos, esperé acostumbrar la vista en la penumbra y, pude localizar mi teléfono al alcance de mi mano el cual chillaba retumbando en toda la habitación. Cuando logré silenciarlo, estiré mi cuerpo en medio de un gran bostezo haciendo sonar unas cuantas articulaciones. Pasé mis man...