Sábado en el metro
El transporte subterraneo del D. F. fuente de inagotables placeres para hombres y mujeres queriendo o no!.
Lenta transcurre la mañana, la reunión de trabajo amenaza con extenderse más allá de la una de la tarde.
Como puedo me apresuro a convencer a mis compañeros de que debemos repartir el trabajo y hacerlo en casa cada cual, por fin lo logro.
Recojo mis cosas y me dirijo rápidamente al transporte colectivo, en cada paso que me acerco mi respiración se agita y en mi pantalón se comienza a despertar mi miembro.
Compro mi boleto y lo deposito en la urna pagando mi viaje al placer, estoy seg...