Ciber-amigo
Comenzó a besarme en el baño, desenfrenadamente, mordiendo mis labios y pasando sus manos por mis nalgas desnudas, sin tocar mi coño. Yo gemía quedito tratando de controlarme; me daba pena sentirme tan excitada con tan poco.
He estado haciendo sexting con un chico por más de dos años, sin embargo nunca hemos coincidido en la misma ciudad, hasta este enero. Estaba tranquila en mi casa cuando Javier, un amigo en línea, me mando un mensaje diciendo que vendría a mi ciudad.
“Este fin de semana llego a tu ciudad, ¿no te gustaría emperezar lo que siempre hemos hablado?”
En el momento sentí mi entrepierna mojada pero también sentí miedo, pues siempre había llevado nuestro juego demasiado lejos, y el tenía una imagen de mi...