Mi ahijada (2)
Despues de un año pude hacer lo que prometi.
Después de un viaje que duro mucho tiempo, me fui para su casa. Piqué al timbre, y ni siquiera se oyó su voz, solo la apertura. Subí a un segundo piso, y llamé a su puerta. Paula salió a abrirme. Estaba preciosa. No neceto describirla Vestía con una camisa blanca muy suelta, y sus piernas solo estaban cubiertas por un pareo. Si fuese Dios, la pondría adornando el firmamento. Yo, sin embargo, parecía un trapo. Me hizo pasar, y nos sentamos en el sofá. Me platico sobre lo sucedido en este tiempo que no...