Maduras y tabaco (III)
Mi vida prosigue. Mi vecina Carmen quedó atrás y conozco a Lola, una mujer de 50 años que me educa sexualmente y cambia mi vida para siempre, llevando el sexo a una dimensión totalmente desconocida para mí...
Mi historia con mi vecina Carmen tuvo algunos capítulos interesantes después, pero siempre había prisa, clandestinidad, sentimientos de culpa… sobre todo por su parte y la cosa se complicaba. Se complicó tanto hasta que dejó de suceder.
Yo seguía con mi vida, creciendo y relacionándome con chicas de mi edad, pero siempre estaba en mi cabeza el deseo oculto por mujeres mucho mayores que yo. Cuando paseaba por la calle siempre que me cruzaba con alguna mujer mayor que me resultara atractiva me quedaba m...