Un dedo en el ano y un pene en el culo lleno de L
Meterla en el culo de una trans había sido la fantasía de mi vida. Una vez pensé en pagar. Me dije, oye, ¿Por qué no? Y acudí a lacita concertada. De esa vez aprendí que es mejor estar borracho cuando intentas cambiar tu percepción social sobre la sexualidad.
Meterla en el culo de una trans había sido la fantasía de mi vida. Una vez pensé en pagar. Me dije, oye, “¿Por qué no?” Y acudí a lacita concertada. En el último momento cambié de idea. Supongo que actué mal, por miedo al qué dirán. Y perdí una oportunidad fantástica de disfrutar la mejor experiencia.
De esa vez aprendí que es mejor estar borracho cuando intentas cambiar tu percepción social sobre la sexualidad. Y a la siguiente, subí al piso de una señorita de treinta años. Ella vestía mallas de reji...