Una fiesta como todas, un momento como ninguno
Mi encuentro con una hermosa y fogosisima mujer, algo que creo no se repetira.
Mi cabeza va a estallar, la suma cotidianidad de esa plática me tiene arto. Esa fiesta se torna bastante aburrida. Lo único que me mantiene con los ánimos de permanecer ahí, y no escapar, es esa hermosa mujer de figura perfecta, cuyo cabello cae a su espalda descubierta, como invitando a cometer un suicidio. Es una diosa en la tierra, algo prohibido para cualquier mortal. Pero eso no me importa, quizá porque la bebida ha transformado mi sombría timidez en valor y sentido de aventura. No lo se, lo únic...