Por necesidad
Resubo este relato, que publiqué hace unos años. Espero que a los nuevos lectores les guste.
POR NECESIDAD. LA PROSTITUTA.
El culo le ardía, notaba como las heces mezcladas con la glicerina la vaciaban el vientre y hacía que el ano se le enrojeciera. Sentada en el inodoro sentía como los retortijones hacían que sus intestinos se retorcieran, pero no podía quejarse, pues a pesar del pestilente olor que empezaba a reinar en el baño, aquel cabrón le metía la polla hasta la campanilla provocándole arcadas y haciendo que le faltara el aire. Además no debía quejarse, si lo hacía no le pagaría y...