Tarde de sábado

Una tarde con amigos nunca se sabe como puede terminar...

Era una tarde de tantas en las que quedaba con mis amigos en casa de Roger, después de llegar se pasaron las horas muy deprisa, ya se sabe si existe un buen ambiente las horas vuelan.

Al final sin saber muy bien como paso nos quedamos Roger y yo solos en su habitación viendo una películas de esas que ponen los sábados por la tarde, yo estaba acurrucada con la cabeza apoyada en su hombro de mientras que el estaba sentado con las piernas estiradas supuestamente concentrado en el televisor.

Empecé...