Las Navidades de mi madre
La Navidad no solo puede ser dulce... sino lujuriosamente sexual
Mi cuñado Roberto, y según cuenta no solo él sino también su esposa, mi hermana Andrea, no perdona un coño aunque esté metido dentro de una lata de cerveza. Solo hay que abrir la lata y meter la polla por el hueco hasta encontrar el coño. Con esta descripción, os podréis imaginar que mi cuñado es un golfo más grande que el de Vizcaya, y mi hermana tan putera como él. Son una maravillosa pareja de folladores. No hay día que no inventen una nueva forma de follar como locos.
No es que mi pareja, Iñaki y...