Café con Nata
Un nuevo personaje se une al grupo, obligando a Nata a enfrentarse con sus deseos.
No tuve problema en encontrarlos: estaban justo donde yo me habría puesto, en un rincón con un sillón semicircular que les daba intimidad. Nata estaba frente a mí, creo que más guapa que nunca que la había visto, con ese brillo que da estar bien follada. Sonreía, feliz, mientras hablaba.
La cara empezó a cambiarle de momento. Me había visto. Se calló y me miraba suplicando desaparecer. Ninguna de las dos lo hicimos. Me acerque, abracé por detrás a mi marido, dándole un piquito y me senté junto a ella,...