Pequeña Venganza
Siempre había deseado follar con Raquel, mi compañera de clase, pero nunca imaginé hacerlo así.
Era una primaveral mañana de domingo. El azul intenso del cielo, sin una pequeña nube a la vista, propiciaba un día perfecto para hacer senderismo por la sierra. El viernes anterior, después de clase, mientras estaba tomando unas cañas con mi amiga Raquel -una preciosa pelirroja de almendrados ojos azules y esbelta figura, que ha sido motivo de mis fantasías en más de una ocasión- habíamos quedado para ir a andar por la sierra, así que decidimos encontrarnos en el anden número 2 de la estación de Atoc...