Como Odiseo y Nausícaa

En la playa me encontré con el placer desconocido.

Apenas lo recuerdo; tanto que a veces pienso que pudo ser un sueño. Pero no, sé que fue real, y ahora que lo escribo recuerdo que todo ocurrió según lo digo.

Estaba de vacaciones con mis padres en un bonito pueblo de Asturias; veraneábamos allí desde hacía años, y por entonces yo tenía 20. Siempre había sido un lugar agradable por su tranquilidad y sosiego, excelente para descansar de las emociones fuertes del resto del año. Aquel año sin embargo fue distinto a los demás: yo no debía descansar d...