Mari, mi cachonda vecina.

Un cambio de domicilio hace que conozca a Mari, una vecina de lo mas cachonda...

Hola, me llamo Joana, tengo 31 años, cabello rubio, ojos claros  y desde hace tres años vivo con mi novio.

Somos una pareja atípica, pues, aunque hacemos vida casi como cualquier matrimonio, siempre hemos estado de acuerdo con respecto al plano personal, en el cual, cada persona es dueña de sus decisiones, y por tanto, ninguno de los dos está obligado a dar explicaciones al otro, así como en justa reciprocidad, ninguno de los dos tiene el derecho de exigirlas. Sé que a mucha gente le parecerá raro, pe...

Memorias inconfesables. 5 Fernando.

Solamente unos centímetros separaban mi boca de aquella dulce verga, que mostraba una brillante gota de líquido de aspecto gelatinoso asomando por el orificio.

Era verano y hacía mucho calor. La humedad del ambiente hacía aún más difícil soportarla, y desde luego, mucho más careciendo de aparato de aire acondicionado en el piso. No había forma de hacer nada sin ponerse a sudar, ni siquiera descansar en las noches era fácil, pues éstas eran bochornosas, sobre todo en las primeras horas.

Decidí buscar alivio para el calor que sentía, así que salí de compras a unos grandes almacenes del centro de la ciudad. No tenía necesidad de comprar nada, pero al menos me r...

Cuando las ganas de follar aprietan

Mi novio es un cabronazo. Y no lo digo en el sentido coloquial del término.

Mi novio es un cabronazo. Y no lo digo en el sentido coloquial del término. Me explicaré....

Me llamo Almudena, tengo 31 años, cabello rubio, ojos claros y cuerpo de curvas generosas, sin exagerar,  y desde hace tres años vivo con mi novio, en una ciudad de la costa mediterránea. Nuestra relación, no es la típica de una pareja de novios al uso, al menos en el aspecto sexual, sino que nos gusta tener algunas situaciones un tanto insólitas, y en ese aspecto, hemos pasado por algunas experiencias  muy mo...

¡Vaya sorpresa, tíos!

Mis tíos convierten mis vacaciones, en una inesperada experiencia de sexo en familia

Con un gran resoplido, el autobús se detuvo en la parada final de trayecto. Miré a través del cristal de la ventanilla, observando la gente que se veía en la acera de la parada, y en unos bancos públicos que habían frente a la misma. Un pequeño, pero cuidado jardín ponía la nota de color en la plaza del pueblo, donde el autobús quedaría aparcado hasta la mañana siguiente.

Se trataba del pueblo donde había nacido mi madre, un pueblo no muy grande, pero con las suficientes dotaciones y servicios como pa...

Memorias inconfesables. 4 Don Antonio

Al llegar a la puerta, antes de abrirla, sacó mis bragas del bolsillo y aspiró profundamente con los ojos cerrados. Su boca emitió un sonido de ¡Hummm!...

Después de la marcha de Oleg y Natasha, mi vida diaria quedó bastante trastocada. En realidad, habían ocupado un lugar mas importante de lo que yo misma había valorado, y como consecuencia de su partida, quedé muy triste y abatida durante semanas. Sólo el plateado obsequio que me dejaron, mitigaba mis largas horas de soledad, haciendo mas llevadera su ausencia.

Les echaba de menos. Sobre todo, cuando llegaba la noche y el timbre de mi puerta no sonaba. Incluso tuve que comprar una botella de vodka y e...

Memorias inconfesables. 3 Natasha.

Nunca antes me había imaginado con otra mujer, nunca había sentido deseos de hacerlo. Pero, si alguna vez había de probarlo, aquella parecía la mejor ocasión.

Habían transcurrido unos tres meses desde la huída de mi casa, y las cosas discurrían según yo había previsto. Mi plan había resultado y me llegaban les entregas de dinero regularmente. Al parecer, tanto mi padre como Manuel querían mantener su buena fama entre los suyos, así que pagaban religiosamente. En cierto modo sentí alivio. Me relajé al ver que no tenía que preocuparme por el tema económico. Además disponía del dinero de la venta de mi piso. Esto me permitió dedicar mucho de mi tiempo a conocer la c...

Memorias inconfesables. 2 Oleg.

Inicié mi nueva vida, con una gran sorpresa. Mi vecino Oleg me inició en el arte del sexo. Nunca imaginé poder disfrutar tanto del placer que me hizo sentir.

Algo más de dos horas empleó el autobús, en alcanzar la ciudad de destino de la que iba a ser mi nueva vida. Salí de la estación con las bolsas colgadas de mis hombros. Desde la misma puerta de salida, pude ver un gran rótulo que anunciaba una pensión cercana. Una flecha pintada bajo el mismo, anunciaba la dirección en que se encontraba. Me encaminé hacia allí y poco más abajo, pude divisar otro rótulo que señalaba el lugar donde estaba.

Llamé al timbre y me franquearon la entrada. Tomé una habitación...

Memorias inconfesables. 1 Candela.

Esta es la historia de Candela... Una mujer, que intentó vivir la vida intensamente...

Absorta en mis pensamientos, miraba a través del ventanal. Mi vista se perdía en la lejanía, pero no estaba fijada en nada concreto. El sol de la tarde, calentaba mi cara, a través de los cristales, mientras mi cabeza, trataba de centrarse en dar forma a la idea que había concebido hacía unas semanas.

En realidad, me encontraba lejos de allí. Lejos en la distancia, lejos en el tiempo.

Por fin, pareció que cada recuerdo, cada experiencia vivida, hallaron su ubicación en mi cabeza, y, como si hubi...

La flauta de mi sobrino

Mi sobrino, estudiante de música, me demuestra ser todo un virtuoso

Entré en la trastienda preocupada. Preocupada, porque lo que acababa de escuchar hacía un minuto, era preocupante, y afectaba a mi familia.

Se trataba de mi sobrino Jordi, mi único sobrino, hijo de mi hermana Natalia, mi única hermana.

Dos chicas, que habían estado unos minutos antes en la tienda, hablaban entre ellas, sin demasiada discreción sobre alguien, que, por lo que yo pude captar, era el relato de una escena que una de ellas, había tenido con un chico al que quería ligar, para llevarle...

Esposa, amante… y puta

Tres veces seguidas, me había llamado puta, y, casi simultáneamente, se había corrido en mis entrañas

Esposa, amante…y puta

Puta… Me había llamado puta… Tres veces seguidas, me había llamado puta, y, casi simultáneamente, se había corrido en mis entrañas… como una fiera, muy fuerte. La imagen de un picador, clavando la puya con saña, me había venido a la mente en ese instante. Así lo sentí. Con violencia.

Estos pensamientos, vagaban por mi cerebro. Desde que me había levantado, no paraba de pensar en ellos. Nunca antes, mi marido se había comportado así, con esa fiereza, con ese ímpetu, con...