Madre e hija
Una cita la había dejado muy caliente y al llegar al apartamento y ver a su hija y su novio amándose alimentó aún más su excitación.
Me llamo Adriana, dentro de poco cumpliré 44 años, estoy divorciada y tengo una hermosa hija, Mariela, de 21 años. Nos llevamos muy bien, compartimos muchos gustos y secretos entre nosotras, aunque en ciertas cosas somos muy distintas. Por ejemplo, respecto de los hombres. Yo he reprimido durante años mis sentimientos y ganas de explotar de deseo, porque me casé con un imbécil que me arruinó la vida hasta que nos divorciamos. Por suerte mi hija se toma las cosas de otra manera, sin prejuicios,...