Solos en el vestuario

Un relato muy eléctrico y explícito sobre un encuentro fortuito en las duchas de un vestuario, un arranque de locura que termina en satisfacción mutua y que calma la sed, pero no sólo con agua.

Quedaba poco para que cerraran el centro deportivo, así que me imaginé que los vestuarios compartidos estarían casi vacíos. Cogí mis cosas de la taquilla, fui al vestuario masculino, dejé todo sobre un banco y miré alrededor. Solo había dos hombres más, uno que ya estaba recogiendo para marcharse y otro que acababa de llegar. Resultó ser el chico que nadaba en mi misma pista, y su cuerpo ya me había llamado la atención en la piscina. No era muy alto y era bastante delgado, pero tenía un cuerpo fibroso. Sin...