A los pies de mi Ama 3

Mi hombría ha reaccionado brutalmente al estímulo de la visión de dos hembras preciosas y dominantes totalmente desnudas

­-Me parece que te convendría una buena ducha –la voz del Ama me saca de mi ensimismamiento; obviamente, por el tono cordial que emplea, deduzco que se dirige a su invitada.

Ésta tarda en reaccionar un poco ante la sugerencia, sumida como está en un sopor placentero.

-Sí, creo que sí.

-Ven, sígueme –le dice el Ama alargándole la mano para ayudarle a levantarse.

Ambas empiezan a caminar lentamente, aún cogidas de la mano, en dirección al pasillo que conduce al cuarto de aseo principal...

A los pies de mi Ama 2

Sus palabras, el vislumbre en ellas de una eyaculación, hacen que mi pene se encabrite aún más; a estas alturas debe de estar del todo congestionado y supurando líquido preseminal

-Aquí está –oigo la voz del Ama por encima de mi cabeza al tiempo que por el rabillo del ojo cuatro pies femeninos prácticamente desnudos y alzados sobre sendos tacones se paran ante mí.

-Delicioso. Simplemente delicioso –su voz suena musical, algo profunda.

-Saluda a nuestra invitada como es debido –hay enojo en su tono, y detecto un poco de nerviosismo, algo que me confunde, no va con su carácter.

Sin alzar la cabeza me muevo e inclino la cabeza hasta que mis labios besan uno de sus pies...

A los pies de mi Ama 1

Mi Ama jamás me ha exhibido, jamás he estado “vestido como es debido”, es decir, desnudo y enjaezado, delante de nadie que no fuera ella. Pero hoy será distinto.

Abro la puerta de casa con algo de nerviosismo. He llegado un poco antes de mi hora habitual porque mi esposa, mi Ama, me ha llamado al despacho y me ha ordenado que así lo hiciera. Cuando cierro la puerta oigo su voz desde el fondo del pasillo.

-Ya era hora. Hace un buen rato que te espero –su tono es de enojo.

-Perdón, Ama –le respondo los suficientemente alto para que me oiga, temeroso-, el tráfico esta imposible a esta hora de la tarde.

Una vez dejo mi cartera con la documentación me d...

La perra está a mis pies

La perra está a mis pies, lamiendo mis zapatillas con su lengua húmeda, deslizándola ansiosa sobre cuero suave.

La perra está a mis pies, lamiendo mis zapatillas con su lengua húmeda, deslizándola ansiosa sobre cuero suave. Puedo oírla gemir en tanto eleva su grupa, tal y como ha sido enseñada, para ofrecer  su culo bien abierto y su sexo encharcado de fluidos.

La perra lleva bastante rato adorando a su Amo, así que está caliente, muy caliente, y contiene como puede las ganas de correrse que a estas alturas se están apoderando casi del todo de su voluntad, y hacen que sus caderas se contoneen sin parar, c...