Me pones a cien

Como derretir a una mujer

Llega y timbra. Lo esperaba. Es increible lo que puede hacer el cerebro por si solo, mi corazón palpita. Abro la puerta. Intercambiamos los saludos oportunos, un cafe, una charla y un que tal en el trabajo.

Ambos sabemos que buscamos y no es algo que nos moleste esconder, no estamos en mi salón charlando por casualidad, hace tiempo que nos conocemos y sabemos cuales son nuestras intenciones. No hay amor de por medio, solo amistad, pero existe un tremendo deseo sexual. El sabe que es lo que me gusta, l...