Ana, la buena esposa (21)

Una desatada esposa se sumerge en retorcidas experiencias en busca de placer y poder.

Ana, la buena esposa (21)

Después de la piscina, de lo sucedido con Juan de Dios, decidí que necesitaba descansar, despejarme. Tomé una siesta. Dormí una hora y luego inicié de nuevo aquel febril viernes. Era hora. Necesitaba enfocarme. Me tomé otra ducha, la tercera del día. Fue corta y de agua bien fría. Necesitaba espantar el maldito calor del verano, el calor que emanaba de mi cuerpo. A pesar de que Juan de Dios me había regalado un orgasmo seguía con la temperatura muy alta. No sé qué me pasaba...

Ana, la buena esposa (20)

Ana, demasiado hermosa y lujuriosa para su propio bien, se sumerge en retorcidas experiencia en busca de placer y poder. Ella cree que tiene el control y que podrá volver a ser la mujer fiel al retornar su esposo ¿Está jugando con fuego? ¿O tendrá la voluntad para ser una buena esposa otra vez?

Ana, la buena esposa (20)

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Fue una noche caliente. Dormí desnuda y soñé. No estoy seguro si fueron pesadillas o sueños. Lo que sí sé es que la naturaleza onírica era sexual. Soñé con sexo y con hombres; soñé con mi esposo y con otros amantes. A pesar de eso, entre sueños lograba largos momentos de sueño profundo. Desperté sudorosa y descansada. Al despertar, estaba de tan buen ánimo que me fotografíe con la peluca negra y el lunar en mi seno, sin mostrar mi rostro. Subí las fotos a la cuenta...

Ana, la buena esposa (19)

Una esposa, demasiado hermosa y sensual para su propio bien, se sumerge en esa retorcida existencia que le brinda placer y apaga sus oscuros deseos. Pero una vez en aquel sombrío nido ¿Será capaz de volver a la luz de la cotidianidad?

Ana, la buena esposa (19)

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Tenía un subidón. Después de probar cocaína otra vez tenía la mente encendida. Después de meses, era como probarla por primera vez. Tenía los sentidos a flor de piel. Intentaba calmarme, cosa que era francamente inútil. Sentada frente al computador de mi oficina, leyendo los malditos dictámenes que debía hojear, era imposible concentrarme. Cada cierto tiempo me levantaba al baño y me lavaba las manos; me mojaba la cara o corregía mi maquillaje. Llamaba por teléfono...

Ana, la buena esposa (18)

Una sensual mujer duda entre la fidelidad que le debe a su esposo y la retorcida vida que le dará ese oscuro placer que parece necesitar.

Ana, la buena esposa (18)

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Esa noche, en algún momento, empecé a soñar. En el sueño, hacía el amor con mi esposo en nuestra cama matrimonial. Tomás estaba sobre mí y yo le recibía con las piernas abiertas y mi coño brillante por la humedad. Nos movíamos entre sábanas de terciopelo. Yo gemía muy bajito y la respiración de mi esposo la escuchaba en mi oído. Estaba disfrutando de su virilidad y de su cariño. Lo disfrutaba de verdad y todo me parecía muy excitante. Era de los mejores sueños que h...

Ana, la buena esposa (17)

Una esposa joven y sensual queda sola en casa por el vieja de trabajo de su marido y aprovecha el tiempo para poner en orden algunas cosas, asuntos que solo se arreglan de una forma discreta, carnal y retorcida.

Ana, la buena esposa (17)

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A la orilla de la piscina, varias horas después, no dejaba de darle vueltas a lo sucedido aquel día. A mis decisiones y a mis acciones. Era todavía ese largo día: un miércoles de un caluroso verano. Ya el sol empezaba a descender y yo descansaba en una reposera junto a la piscina, cubierta solo por un bikini blanco. Los últimos haces de luz mortecina iluminaban la superficie el agua y también mí cuerpo: piel dorada cubierta de protector solar y algunas gotitas de su...

Ana, la buena esposa (16)

Una hermosa mujer maquina para satisfacer sus deseos a espaldas de su ausente marido.

Ana, la buena esposa (16)

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Sólo había un único problema en mi acuerdo con mi jefe. Jorge quería que hiciéramos un trío, invitar a otra mujer a nuestra noche especial. Había elegido a una de nuestras becarias, una inocente y hermosa universitaria que trabajaba para mí. Su nombre era Julieta. Por tanto, mi misión era seducirla y entregársela a Jorge. Algo que no sabía muy bien cómo iba a hacer.

Pese a todo, contaba con la suerte de mi lado. Julieta se había acercado a mí desde hacía al...

La mudanza

Un muchacho deberá elegir entre respetar la amistad o dejarse tentar por la mujer de sus sueños.

La mudanza

Verano. Los días calurosos hacían olvidar la universidad y los exámenes. Usualmente hubiera estado disfrutando de la playa o el campo. Debería estar descansado y lleno de energía. Pero resulta que no era así. Tenía preocupaciones que no debía tener un hombre de casi veinte años. Y todo porque mi mejor amigo y su familia pronto se mudarían.

Con Juan de Dios habíamos crecido juntos, como un par de buenos hermanos. Nuestras casas quedaban muy cerca, en un condominio acomodado de la ciuda...

La becaria (2)

Una estudiante universitaria ve como su vida sexual avanza y se descontrola cuando durante una pasantía en un estudio de abogados empieza a obsesionarse con su hermosa supervisora.

La becaria (2)

Mi nombre es Julieta Casta y soy estudiante de publicidad. Por segundo año consecutivo he decidido utilizar mis vacaciones no para descansar, sino para trabajar. Quiero afianzarme como profesional del area de la publicidad y forjar contactos que me puedan ayudar cuando esté titulada. Al menos esto es lo que les digo a mis padres y a todo el mundo.

Soy becaria en Barlett, Matta & York, una importante firma de abogado de la capital. La experiencia me tenía muy animada ese verano, po...

Ana, la buena esposa (15)

Una mujer casada se rinde ante el poder de sus fantasías y sus perversiones.

Ana, la buena esposa (15)

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En las mañanas, despierto en el cálido nido que es nuestra cama. Me dejo acariciar por aquella sensación placida, luego, cuando estaba mi esposo en casa, me urgía que me follara. Despertar y dejar que la verga de Tomás es lo único que deseo hacer al despertar. Pero ahora mi esposo no está en casa.

Al levantarme, muy temprano, me dispongo a comenzar el día. Me meto a la ducha de agua tibia, enjabono los hombros, mi vientre plano y mis muslos largos. Me pongo cr...

Ana, la buena esposa (14)

Una sensual esposa que sucumbe frente a su ambición y su lujuria.

Ana, la buena esposa (14)

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Ese martes, después de tantos imprevistos, me dormí entre borracha, cansada del trabajo y a gusto después de tanto masturbarme. Dormí profundamente. Pero de madrugada comencé a soñar. Fueron una mezcla de imágenes, malas y buenas. Pesadillas que de improvisto se convertían en placenteras visiones. Sin duda, incluso mientras dormía, un diablillo retaba mi cordura y tentaba mi ser con oscuros anhelos.

Estoy segura que soñé con mi esposo, con don Esteban y con mi...