Popeye y Charlie Rivel
Una noche de carnaval
Carlos algunas veces pensaba que si había conseguido adelgazar a lo largo de aquellos tres años era por aquella absurda decisión de llegar a disfrazarse de Popeye en carnaval: apenas un año antes aun podría, con más razón, disfrazarse de Wimpy o, contando con la buena voluntad del que mirase, de Brutus. Sólo este año, y sólo tras un arduo y dilatado proceso, tenía la delgadez adecuada. Curioso que pensase en Popeye, en su disfraz, y no en la posibilidad de superar los complejos causados por la gordura a la...