Le vie en rose

Feliz cumpleaños, Dani querido.

Abaigeal:

Me llamabas “Bichita”.

Muchas fueron las horas que pasamos juntos frente al ordenador, cada uno en su lado del mundo. Le robábamos horas al sueño para charlar, eras un fantástico conversador con el que se podía hablar de cualquier tema.  No te asustaba mi humor negro negrito, ni yo tenía que controlarlo. Te podía soltar cualquier desfachatez, incluso sacar mis uñas y lanzarte un zarpazo, y tú lo aguantabas todo.

Nos hicimos compañía en la elaboración de nuestros relatos y nos ase...

Hasta que llegaste (3 y final)

Cuando los sentimientos nos atrapan... no podemos rendirnos a ellos.

Hasta que llegaste (3 y final)

Con la cara hinchada de tanto llorar, convertida en un manojo de nervios, a las 7:50 a.m. me aparcaba por fuera del edificio de apartamentos donde vivía Linnea. Las dudas me consumían, no sabía aún que le diría al verla, ni decidía si subir a su apartamento o esperarla en la camioneta, o si estaba bien el estar ahí o mejor esperar unos días más... Pero yo no podía esperar. Decidí quedarme en la camioneta a esperarla. Las 8:10 y no salía de la casa. Lo normal, según...

Hasta que llegaste (2)

Los sentimientos nos atrapan... y están llenos de dulzura, pero también de dolor.

Hasta que llegaste (2)

Ninguna de las dos habíamos cenado, así que pasamos a por un par de pizzas y las llevamos a casa.

–¿Resides aquí? –me dijo, mientras entrábamos al garaje–. Vaya chalet. Pensaba que vivías en un apartamento. ¿Vives sola?

–Sí a todo. Y antes vivía en un apartamento, pero se me fue quedando pequeño. Mis padres habían comprado este terreno hacía años, y al terminar yo la carrera, me lo regalaron. La mandé a construir según mis necesidades. Pero vamos a cenar, antes...

Hasta que llegaste

A veces, cuánto más intentamos poner freno a los sentimientos, es cuándo éstos nos atrapan más dulcemente.

Desde que llegaste

Entre brazada y brazada, no dejo de pensar en ella. Ya han pasado más de dos años, y su recuerdo aún me persigue. Un amor tan inmenso no desaparece del todo, se nos queda tallado, como una cicatriz que se va disimulando de la piel paulatinamente, pero sigue doliendo ante un roce. Así me hace daño cada vez que recuerdo sus caricias, sus besos, sus palabras de amor. Me sentí morir cuando me dejó, sin una explicación, sin una razón, sencillamente se alejó. Dejó mi alma vacía. Se...

Esa señora, mi vida

La diferencia de edad no es un inconveninte cuando se ama de verdad

Me llamo Mónica, tengo 24 años, aunque mi historia comienza a mis 18 años, cuando entré en la universidad. Soy alta, 1,72 cm., rubia con melenita hasta los hombros, femenina, delgada, muy buen cuerpo, ojos verdes... no es que no tenga abuela, sino que de verdad soy linda, aunque no siempre fue así. En mi época de la niñez a la pubertad era mas bien regordeta, muy alta para mi edad, en comparación con mis compañeros de clase parecía mas bien la maestra en vez de otra alumna. No era para nada una niña a...