La noche de la realidad

La noche pasa y pasan cosas durante la noche. Delirante realidad de una calurosa velada de agosto.

A veces, follando con mi mujer, pensaba ¡joder, si ahora viene otro tío y me toma el relevo, a esta zorra todavía le quedaría energía para dejarlo fuera de combate al igual que ha hecho conmigo! Y es que a veces casi no hay modo de dejarla enteramente satisfecha; hasta el punto de que sospecho que los minutos que se encierra en el aseo tras el polvo los emplea para masturbarse.

Fantaseé con la idea de que dos hombres nos follásemos a mi mujer durante bastante tiempo. Pero sólo era fantasía...

El sabor de tres manzanas

Si te dan a probar, aprovecha. Una degustación gratuita no la vas a tener muy frecuentemente.

Cogí a mi novia en un aparte y le pregunté si sus dos amigas y ella querían volverme loco. Entre risas, Andrea, mi novia, quiso saber a qué me refería y así le recriminé:

  • Podemos divertirnos como queráis, echarnos unas copas y hacernos fotos. Pero ¿no crees que bromear con todo eso de quedaros en ropa interior no es un juego muy peligroso?

  • ¿Peligroso? –replicó mi novia. ¿Tienes miedo de algo?

Su actitud y las risas de las tres casi consiguieron hacer hervir mi sangre. Me dije a mi...

Lo prefirió a Él

Tuve que vivir la humillación peor de mi vida. Me dejaron por otro, algo que jamás entenderé.

No me explicaba porqué mi novia disfrutaba más con aquel viejo. Fue todo un golpe a mi orgullo de joven macho semental. El tío podría tener ya casi setenta y era más que probable que arrastrara problemas de erección. Cuando lo comenté con Olga, ella río a carcajadas: ¿problemas de erección? Mira – me dijo-, a Manuel se le pone bien dura cuando me la mete.

  • Pero eso te lo doy yo también –le digo.

- No hagas que te explique porqué lo prefiero a él para el sexo – me dice con ser...

El amor y la naturaleza

Escasos versos eróticos que relacionan el sexo y el placer con la maravilla natural.

Tú eres la naturaleza misma,

el frescor del rocío matinal

que flota sobre la piel de los campos.

Tú eres, mujer, el amor

que galopa bien a caballo,

bien sobre mis agresivas caderas....

Espectador

Observar, disfrutar, mirar, gozar... Crear mágnificos espacios de morbo en los que recrearse placenteramente.

He de admitirlo: ya no tengo erecciones como las de antaño. ¿Y qué puedo hacer, si tanto mi esposa como yo buscamos gozar? ¿Viagra, otros estimulantes? Yo no me meto mierda, ni quiero conseguir placer por vía artificial. Lo mejor es disfrutar naturalmente. No digo que haya que rechazar un trago de güisqui, pero pastillas y demás hierbas ni hablar.

Mi mujer se pasaría horas y horas sin parar de follar, pero yo sería incapaz de proporcionarle esa pista para tal carrera de fondo.

  • Tengo una i...

Perverso animal

¿A quien amas? ¿Por qué maullas? ¿Y ese ronroneo que me parece estar oyendo?

A veces me da por pensar que amas más a ese animal perverso que a mí. Aunque me beses, aunque abras tu sexo para que te traspase, aunque gimas entre mis brazos tus manos siempre le acarician a él . Te ama como yo, de eso estoy seguro, por eso me odia, por eso lo odio, porque yo te poseo físicamente, y porque él te posee emocionalmente. Es así, ¿verdad?, confírmamelo por favor.

Pero el gato perverso, llamado Querubín, nos observa con insistencia mientras hacemos el amor. Por instantes, mient...

Ángela

En más de una ocasión he pensado en ti como la musa que me causa placer.

  • ¡Ángela, Ángela, amor mío! –exclamé al borde del éxtasis, justo en el mismo momento en el que eyaculaba y mi mujer recibía en su interior mi descarga de calidísimo semen.

Abatidos, tras tan intenso, emocionante y placentero coito, caímos cada uno a un lado de la cama. La lamparilla, encendida en una de las mesitas de noche daba al dormitorio un aspecto dominado por la penumbra, que simbolizaba el estado de laxitud en el que minutos después del orgasmo nos íbamos introduciendo. De repente mi es...

Deja de pensar en ella

Duda ante la puerta del placer. Sólo es cuestión de traspasarla, después no te vas a arrepentir.

-Deja de pensar en ella, si no te será imposible disfrutar de nuestro encuentro –dijo Ángela.

  • Lo siento de veras –me disculpé consternado- creía que me iba a resultar más sencillo.

-Pero eras tú el que más deseabas que esto sucediese, ¿verdad?

  • Sí, han sido años y años de querer estar contigo, de desearte, de anhelar poseerte

  • ¡Venga! –me animó ella-, ya hemos hecho lo más difícil. Nos hemos decidido. Ahora estamos sobre la cama, desnudos; es cuestión de empezar… Quizá si t...

Nos pueden pillar

Una relación peligrosa pero necesaria para unos amantes que desafían ciertas normas.

  • Si continúas haciendo eso voy a correrme –le dije.

  • Eso pretendo –replicó ella lasciva.

La verdad es que aquella paja cadenciosa, tan rítmica como sólo Almudena sabía hacerlo, me estaba transportando a la galaxia del placer extremo.

  • Si nena, pero tú marido o tu hermana, pueden venir y pillarnos.

  • No van a venir –me susurró ella al oído- están en el comedor viendo las fotografías que mi marido ha traído de nuestro viaje por Egipto. Y ya sabes, tu mujer, que se siente una ar...

Tres tristes traidores

Un trío insólito en el que la búsqueda del puro placer salta barreras que la moral impone.

Sentí cierta pena al ver a aquellas dos mujeres inclinadas, arrodilladas ante mí. Y también sentí pena por mí mismo. La vida esta llena de traiciones y paradojas, quizá motivadas por la incesante búsqueda del placer.

Allí abajo estaban afanadas en acariciar, chupar y lamer mi pene. La una con algo más de sesenta años y la otra instalada en la feliz treintena. Con ambas, por separado había tenido tórridas fantasías sexuales. Pensar sale gratis y no crea cargo de conciencia; pero aquello que estaba...