Con 65 años, aun se puede

Las mejores historias se producen cuando surjen.

Irene y yo nos fuimos de vacaciones a Fuerteventura, una isla maravillosa dentro de un conjunto de islas a cuál mejor. Ese lugar de descanso fue elegido por su belleza, su tranquilidad, su agua limpia y sus inmensas playas que en algunos lugares está despoblada en casi su totalidad.

Con un coche de alquiler nos fuimos en busca de esas calas que presumiblemente deben estar escondidas entre las rocas e invisibles desde la carretera. Unos pocos kilómetros de recorrido nos llevan hasta Cotillo. Desde esa...